FERTILITY COACH
La Actitud Hace La Diferencia
Extracto Mensaje- Hacia mi Sueño- de BBenCasa
Sandra de la Garza Santos
El llenarse de esperanza, mes con mes, de lograr un embarazo y que este no llegue, “duele”. Y duele en diferente intensidad, dependiendo del esfuerzo que se entregó para conseguirlo en ese mes, de las circunstancias a nuestro alrededor pero sobre todo de la actitud hacia el proceso de la infertilidad, esto es, la forma de sobrellevarlo.
Duele el saber que no has concluido en esta lucha, duele el analizar las situaciones y preguntarse:
“¿Por qué me tocó a mí?, ¿Qué más quiere Dios de mí?, ¿Por qué no me permite descansar?, ¿Qué tienen todas las demás a quienes sí les otorgó la dicha de tener un bebé, en comparación conmigo?, Si no soy una mala persona… ¿Por qué habrá mujeres que no se merecen tener un bebé y lo tienen?, además, ¿Han sido madres sin luchar por ello?… ¿Y ahora qué haré? ¿Hasta dónde seré capaz de seguir?”
Sé que por momentos te invade la incertidumbre al pensar que quizás esta situación actual no tenga un final, pero estás equivocada, tu problema llegará a una solución y si… hay luz al final de este camino.
Y aunque te asombre, lo más importante ahora no es eso y te contaré porqué:
La vida es un libro, lleno de capítulos, cada uno de esos capítulos posee un número determinado de hojas. El mayor número de hojas y capítulos pertenecen a la edad adulta porque es el mayor tiempo que pasamos en ella. Paradójicamente entre más nos introducimos en la edad adulta, nos convertimos en más “tontos” emocionalmente, cuando debería ser que entre más vivimos, más sabios debemos ser.
Los capítulos de sabiduría están en la niñez y en la vejez porque esas épocas están llenas de autenticidad y simplicidad. En la niñez, aprendemos a amar a los demás sin saber quiénes son, cuánto dinero tienen, qué representan en la sociedad y en la vejez, sabremos amar a los demás a pesar de lo que son.
En la niñez, los parámetros para evaluar situaciones no están condicionados porque aún no los hemos aprendido y en la vejez, se despojan de la mayoría de lo aprendido porque no sirve, quedándose sólo con las experiencias y regresando a los parámetros de la niñez.
Con todo esto, quiero decirte que la actitud de evaluar situaciones y darles la importancia adecuada se va modificando con la edad adulta y desgraciadamente nos vamos condicionando con todo lo que hemos aprendido pero no en sabiduría sino en inseguridades, miedos, pesimismo y no solo nuestros, sino cargamos los de todas las demás personas con quienes hemos convivido, sobre todo aprendizajes familiares, los adultos de nuestra niñez nos llenaron de sus propios miedos.
En esta ocasión te han dicho que tu capítulo de ser madre tiene más hojas de las que pensabas o de las que querías.
He ayudado a miles de mujeres a escribir sus capítulos de ser madres en sus libros de vida, pero por mucho tiempo me cuestioné ¿Por qué Dios me había puesto a ayudar a escribir el capítulo final de dos de mis mejores amigas?, ¿Por qué me había obligado de cierta forma a ser el sostén de ellas, si al final no se iban a salvar? Fue entonces cuando comprendí que el verdadero sabor de la victoria no está en concluir capítulos sino en la forma de escribirlos.
Así pues agradecí a Dios el haberme permitido escribir esos capítulos finales con mis amigas porque el triunfo no llegó con el punto final, ya que ellas murieron, el triunfo de cualquier capítulo de nuestra vida se da con la calidad de vida que nos atrevimos a vivirlo. En este caso les ayudé a morir bien, a morir con calidad y eso hizo la diferencia para ellas y para mí.
En este proceso de infertilidad que estás viviendo, te has preguntado ¿Cuál es tu responsabilidad como paciente?
Esa responsabilidad va más allá de cubrir el costo de un tratamiento médico y aplicarte el medicamento. Tu responsabilidad como paciente está en proporcionarte todos los medios que necesitas para vivir con calidad de vida durante este proceso de infertilidad y eso mi querida amiga, te corresponde solo a ti. Si no sabes invertir en ti misma, nadie más lo hará.
Habrá momentos de duelo, de dolor, de desesperanza, pero no permitas que eso te detenga. Buscar herramientas que te ayuden a manejar la situación, te regresen el control de tus decisiones y logres transitar este proceso de infertilidad con calidad de vida.
Y volvemos a la misma frase: “calidad de vida”. Desgraciadamente no se compra, no tiene un precio, la calidad de vida viene con la actitud con la que se enfrentan las crisis, modificando los estados de crisis en estados de oportunidad.
Tu valor como persona, está fundamentado en tus acciones y en tu ser, no por el número de hijos que puedas tener. Tus proyectos no deben quedarse congelados ante esta situación, la vida continúa y debes seguir escribiendo páginas en tu libro de vida.
No esperes que el mundo se detenga ante tu pena. Nadie dijo que esto sería sencillo, hoy para ti el tener un bebé representa vencer una batalla, pero igual valor de batalla representa para alguien que necesita rehabilitación para caminar, cuando para ti probablemente sea lo cotidiano ese caminar.
Te invito a llevar a cabo la parte que te corresponde, aprender más sobre el tema y sobre todo, a vivir la vida con este presente que posees, no pienses que serás feliz hasta que logres ser madre, la felicidad no puede ser condicionada.
Para ti, mi reconocimiento y admiración por la fuerza, entereza y valentía que se necesita en esta lucha para vencer a la infertilidad, hacia tu sueño.