FERTILITY COACH
Mi Vivencia
Olga Valera Isidro
*Extracto libro Cuando Tarda la Cigüeña
Después de una semana completa de llorar por un test de embarazo “Negativo”, después de lamentarme, de preguntarme mil veces ¿Por qué?... He llegado a algunas conclusiones... Ahora que estoy tranquila y que la tormenta pasó, entiendo muchas cosas...
Siempre he pensado que dentro de todo lo malo, siempre inevitablemente hay algo bueno... Algo que de alguna forma nos sirve, algunas veces mucho más de lo que puedes imaginar.
Estuve siempre muy segura de que estaba preparada para cualquier resultado, pero muy en el fondo pensé que como ya había pasado por tanto "merecía" un Positivo... creía inconscientemente que era mi tiempo y que no había duda de que al hacer un procedimiento tan seguro y especializado como una Fertilización In Vitro sería un afortunado resultado.
Aprendí con esta dura lección que NUNCA estaremos preparadas para otro fracaso, aprendí que cada caída nos hace una herida que duele, pero esta cicatriza y con el tiempo se vuelve cayo... Ese cayo nos ayuda a soportar golpes cada día más fuertes y al mismo tiempo nos prepara para lo que sigue...
Y es que no sólo luchamos contra la Infertilidad, la mayoría nos hemos enfrentado con cosas más duras que eso, pero NADA nos detiene, y la prueba es que aquí seguimos.
Cuando te dicen que te tienes que hacer un FIV te explican que son 3 etapas:
a) Primero viene una estimulación para hacer trabajar tus ovarios,
b) Luego viene la captación de gametos, en donde mediante anestesia obtienen los óvulos y los ponen a fertilizar con los espermatozoides y esperan a que evolucionen.
c) Al final viene la transferencia, en la que con un pato y una cánula, depositan el "producto" en tu útero
Y eso es cierto... pero
Nadie te dice que tienes que inyectarte los primeros días varias ampolletas de medicamento, que son tantos piquetes que tienes que alternar brazos, vientre y nalgas, al final quedan amoratados y llenos de puntos negros, eso sin contar las cantidades industriales de cápsulas, comprimidos y tabletas que te tienes que tomar día y noche.
Nadie te explica que tienes que ir a la clínica casi a diario, pasar horas y horas de tu vida en posición de pavo navideño, olvidando la pena, el pudor y el recato delante de tu médico, tu marido y hasta la enfermera, que debes vestirte y desvestirte a prisa una y otra vez en un cuartito frio.
Nadie te advierte que antes de la captura no debes olvidar los días, horas y minutos exactos de la aplicación de otros medicamentos, que si no lo haces al pie de la letra, puedes arruinar el proceso, que para la captura pasas muchas horas en el hospital dormida, que te pasas todo el día mareada y no puedes volver a comer "Normal". Desde ese momento tus días se vuelven eternos, porque comienzas a pedirle a Dios que les permita evolucionar a tus bebés, porque a pesar de que apenas son un par de células, para ti ya tienen tu corazón, tus pensamientos y tu vida entera.
No te imaginas que a partir de ahí además que las ya increíbles cantidades de medicamentos, viene otro tanto. Más inyecciones, más pastillas, más cuidados.
El día de la transferencia, aunque no lo quieras, aunque estés tranquila, aunque estés mentalmente preparada, los nervios te traicionan.
La música relajante, las palabras del médico, los comentarios de las enfermeras, los ánimos del biólogo y la mano de tu esposo sosteniendo la tuya NO son suficientes…
Mil pensamientos giran en tu mente, solo de pensar que debes estar tranquila te estresas, solo de pensar que si te estresas, la sangre no fluye por el útero y evita la implantación, te estresas aún más... Te sorprendes tensa, tratas de relajarte y a los dos minutos estás tensa de nuevo.
Las lágrimas se salen sin llorar del terrible miedo que se siente al estar en plancha, de imaginar a tus campeones buscando un lugar tibio y seguro, les repites una y otra vez: "Vamos a ser muy felices" … y ruegas para que Dios escuche tus suplicas.
Tienes que faltar al trabajo una semana, dejar de lado tu rutina, tus costumbres, tu serenidad.
Te da miedo reír, toser, estornudar, moverte, tener ganas de hacer pipí. No quieres ni comer para no tener que ir al baño, no quieres ni pensar en tener que hacer el más mínimo esfuerzo, pero y si no comes, de qué se alimenta tu bebé.
- ¡Rayos! Está bien, tráiganme ensalada, verduras, fruta, agua de fruta, leche, pero que sea de vaca, que este hervida. ¿Yogur? bueno si, pero casero-
Tú solo te quedas ahí, acostada, horizontal, quieta, no quieres ni ver la televisión, ves un comercial, una película, un programa, todos hablan de bebé
- ¿Será una señal? ¿Debo ver programas de parto? Bueno si, para estar preparada, mejor no, porque me estreso, mejor una película… Esa no, porque si me río hago esfuerzo... esta tampoco, se muere la niña y me deprimo, esa tampoco, las de acción me ponen tensa, de miedo, ni pensarlo -
Y si por un momento pensaste que lo peor había pasado, piensa que eso durará dos eternas semanas.
-¿Qué día es hoy?
-El mismo que hace media hora que preguntaste.
-Perdón, es que me dormí y pensé que ya era otro día.
Mientras más se acerca el día del estudio encuentras más y más síntomas de embarazo y de NO embarazo.
- Me duelen las “bubis”, ¿Eso es achaque? o ¿Me irá a bajar?
¡Ouch!, una maldita espinilla, pero a las embarazadas les salen.
¿Es un cólico? No, debe ser que comí mucha lechuga.
¡Estoy mareada! Puede ser la progesterona artificial o un achaque.-
Tu vida no vuelve a ser la misma.
Después de unos 15 días, llegó el día la prueba y quieres que te atiendan rápido, que te den el resultado de inmediato, tú ya estas lista, sabes cómo le vas a decir a tu esposo, ya tienes preparada la cajita de regalo con el chupón adentro, solo falta agregar la hojita que dice POSITIVO, ya tienes la cartita que dice:
"En 8 meses vas a ser papá"...
Ya te imaginaste mil veces la cara de tus padres, tus hermanos, tus suegros y cuñados. Ya sabes a quien le vas a llamar primero, ya te ves vestida con una blusita hermosa que viste en "mamma mia" para tu baby shower. Tienes la imagen del mejor hospital de maternidad, tú en bata, tu esposo tomando tu mano, tus padres y suegros viendo al orgullo de la familia a través del cristal en el cunero.
Ya te ves a ti misma preparando los recuerditos, unos 50 o 100 para los que vengan a conocer al nuevo miembro de la familia, vas a tener 40 días de vacaciones para terminar los detalles, la habitación, la cunita, la ropita, los pañales, todo está listo, todo es perfecto.
Y todo eso depende de un papel, de una hoja de 8 x 11 pulgadas, blanca, con el logo del laboratorio, tiene tu nombre, el de tu médico, tu edad, tu teléfono, un montón de números, valores, palabras raras que no te importan, y al final, hasta abajo, con negritas, ahí aguarda esa palabra que viene a derrumbar todo.
-NEGATIVO-
Las ilusiones, las esperanzas, las caras felices, los recuerditos, las fiestas, el baby shower, la cuna, los pañalitos diminutos con recorte para el cordón umbilical, el rostro de satisfacción de tu esposo… Todo se evapora en 3 segundos
-Esa tipa del laboratorio que mala, qué le costaba poner POSITIVO. Creo que le caigo mal. Mejor vamos a otro laboratorio, este no es bueno, Ya no confío en ellos… ¿Qué quieren decir con NEGATIVO?
Y Lloras y lloras y sientes que no quedan más lágrimas, pero no puedes dejar de llorar…
-Pero si yo tenía todos los síntomas, además no me ha bajado, tengo mareos, náuseas, la progesterona y el estradiol en niveles altos, corresponden al primer trimestre de embarazo, además hice todo lo que me dijo el médico, guarde reposo, todo al pie de la letra. Será qué mi suegra tiene razón y quizá debí regresar a trabajar hasta la siguiente semana, quizá no debí estirarme dormida, tal vez fue que me subí a la camioneta y estaba alta, además esos saltos en el empedrado…-
Piensas - qué pudo salir mal, qué hiciste, qué faltó –
No hay respuesta, no hay una explicación que te quite ese sabor amargo a derrota, no hay manera ni palabras, ni frase que te haga sentir mejor, al menos por unos días.
Pero como siempre digo: Todo pasa, tarde o temprano todo se cura, una vez más la herida comienza a hacer costra, pronto se volverá una cicatriz y ella servirá para no olvidar lo que viviste y para que el siguiente golpe duela un poco menos. Incluso lo bastante para intentarlo de nuevo, con nuevas ilusiones y nuevas esperanzas.
Sé que esta historia aún no tiene un final feliz, pero espero que a alguna de ustedes les sirva de algo mi amarga experiencia.
Nota actualizada
2015- Después de redactar este artículo, Olga continuó con procedimientos de reproducción y tiene 2 hermosas niñas